La luna ha sido un símbolo de gran importancia en culturas ancestrales religiones, astrología y Tarot entre otras. Símbolo de pureza y de lo femenino, al estar relacionada con el agua y la noche. Su ciclo de veintiocho días tiene que ver con el ciclo menstrual y los ciclos de la naturaleza, los cultivos y las mareas. Es símbolo de los ciclos biológicos, crece, decrece y desaparece. Es el nacimiento y la muerte, los cambios, la transformación interna. La luna es la luz en la oscuridad, el conocimiento interior, lo irracional, intuitivo y subjetivo. Es el ojo de la noche.
En el Tarot, la luna está asociada con la intuición, el subconsciente y lo desconocido. Es una carta que representa aspectos ocultos e invisibles de nosotras mismas y del mundo que nos rodea. Un recordatorio de que no todo es lo que parece y debemos confiar en nuestra intuición para navegar por lo desconocido. La carta sugiere que podemos estar enfrentando nuestros miedos o lidiando con una situación que requiere que confrontemos nuestras emociones y deseos más profundos. Nos invita a adentrarnos en los misterios de la mente inconsciente y el poder de los sueños. Suele representar un momento de incertidumbre pero también de gran potencial. El vacío antes de saltar y la meta al otro lado del salto.
En la astrología, la luna ocupa un lugar importante representando nuestras emociones, instintos y mundo interior. Según donde la tengamos ubicada en nuestra carta astral puede ofrecernos información sobre nuestra naturaleza emocional y cómo respondemos al mundo que nos rodea. Las fases de la luna también son importantes en la astrología. La luna nueva representa un nuevo comienzo y un momento para establecer intenciones, mientras que la luna llena representa un momento de culminación y liberación. La luna creciente es un tiempo de crecimiento y manifestación, mientras que la luna menguante es un tiempo de liberación y dejar ir.
En Wicca, la luna se asocia con la Diosa, que representa la encarnación de la energía femenina del universo. Las fases de la luna están ligadas a los ciclos de vida, muerte y renacimiento y se consideran momentos poderosos para los rituales y la magia. La luna nueva es un momento para establecer intenciones y plantar semillas de manifestación, mientras que la luna llena es un momento para liberar y dejar ir lo que ya no sirve. Está asociada con el elemento agua, símbolo de las emociones, la intuición y el subconsciente y estrechamente ligada a la energía femenina de la luna.
Para los egipcios, la luna se asociaba con la Diosa Isis, a quien se consideraba la madre de toda la vida. Isis a menudo se representaba con una corona en forma de luna creciente, y su asociación con la luna le dio un gran poder e influencia sobre el mundo natural. En algunos mitos egipcios, se creía que la luna era un símbolo del más allá y que los espíritus de los muertos viajaban a la luna después de morir.
En la antigua Grecia, la luna se asociaba con la diosa Selene, diosa de la noche, que a menudo se representaba cabalgando por el cielo en un carro tirado por caballos blancos. En la mitología griega, la luna también estaba asociada con la diosa Artemisa, que era la diosa de la caza y protectora de las mujeres.
En la cultura china, la luna se asociaba con la diosa Chang'e, de quien se decía que vivía en la luna con su conejo. La luna era un símbolo importante en la cultura china y, a menudo, se asociaba con los ciclos de la naturaleza y el cambio de estaciones. En la mitología china, la luna también se asoció con el dios Houyi, de quien se dice que derribó nueve soles para salvar la tierra.
Para los Mayas, la luna estaba asociada con la diosa Ix Chel, quien era la diosa de la luna y la diosa de la fertilidad. Ix Chel a menudo se representaba con una luna creciente en la cabeza, y su asociación con la luna le otorgaba un gran poder sobre el mundo natural.
En el cristianismo, la luna se usa a menudo como símbolo para representar a la Virgen María. A veces se la representa de pie sobre una luna creciente, y la luna a menudo se ve como un símbolo de su pureza y significado espiritual. La luna también se ha asociado con el concepto de redención en la teología cristiana, representando la luna llena el momento de la resurrección de Cristo y el comienzo de una nueva era de salvación.
En el Islam, la luna es un símbolo central y juega un papel clave en el calendario islámico. El calendario islámico se basa en el ciclo lunar, y cada mes comienza con la luna nueva. La luna también es un símbolo importante en el arte y la arquitectura islámicos, y a menudo se representa como una luna creciente con una estrella, que es un símbolo de la guía divina.
En el hinduismo, la luna se asocia con el dios Chandra, que es el Dios de la luna y el señor de la noche. Chandra a menudo se representa como un ser hermoso y luminoso, y su asociación con la luna le otorga un gran poder sobre el mundo natural. La luna también se asocia con la diosa Kali, que a menudo se representa con una luna creciente en la frente. Kali es una diosa poderosa que está asoc ada con la destrucción y la renovación.
En el budismo, la luna se usa a menudo como símbolo de iluminación. En el arte budista, a veces se representa a Buda sentado en una flor de loto con la luna detrás de él. La luna representa la luz de la sabiduría que ilumina el camino hacia la iluminación.
En resumen la luna es un elemento simbólico muy importante desde la antigüedad y con esta pieza queremos despertar tu mundo interior emocional, que conectes con tu intuición para transitar todos los cambios necesarios para alcanzar la paz interior así como conectar con todas tus fases y ciclos.
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